Gastronomía

El Restaurante Abisinia es, sin lugar a dudas, uno de los “sitios” más reconocidos de esta zona de la isla colombina. Situado en una pequeña calle de ambiente recoleto, Lorenzo y Mar han sabido desde el primer momento de su apertura, crear el ambiente adecuado y exquisito que alumbra las tardes-noches de Valle Gran Rey.

 

Desde el pequeño interior del local distraigo la mirada entre su múltiple y agradecida clientela: turistas de paso y otros naturales o de las islas que han hecho de este entrañable y romántico espacio su inevitable “lugar de encuentro”

 

El tiempo discurre tranquilamente. El pulso de la noche va ganando terreno al sol y la terraza comienza a adquirir el adorno festivo y jovial que la caracteriza. Es todo un lujo disfrutar de una relajada charla, departir con los alegres comensales mientras que un esmerado servicio nos ofrece la atención más dilecta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los platos, de extraordinaria factura y presentación, se hacen los protagonistas del momento. Es lo propio de un buen restaurante que se puedan comentar las exigencias y exquisiteces de sus productos y justa elaboración. Una sabrosa cocina casera con elegidos y mimados productos es el tema de conversación general que, en ese ambiente entrañable, nos sirven con una elegancia discreta  difícil de superar.

 

Comenzamos probando el clásico “almagrote” (en La Gomera, ¡claro!). A una media ración de “pulpo” a la gallega le sigue algo de más enjundia: un “potaje de berros” para entrar en el calorcillo de los sabores puros.

 

Pensamos que unas “cabrillas” fritas podrían ser una buena opción para seguir en la ruta, pero antes hemos de pedir una botella de vino. Con la algazara y la “conversa” entre trago y trago se han ido limando las dudas. El vino es bueno. Ni siquiera reparamos en la marca. Un Rioja muy decente. ¡Adelante!

 

Lorenzo tiene la amabilidad de sentarse un rato con nosotros. Nos cuenta sobre sus inicios en la “restauración” y de la pasión y el cariño que con los años se han ido adueñando de su noble oficio. ¡Todo un arte!

 

-          Aquí comencé y aquí quiero seguir, nos dice

 

Se le ve un hombre satisfecho de su labor. Ha conquistado un sueño. Le llaman de la cocina. Cálidamente se adentra en sus predios. ¡Está en todo!  Goza de la estima y respeto de sus empleados y del incomparable apoyo de su esposa. Tiene que desdoblarse para atender a todo el mundo. Todos quieren hablar con él. Es bien ganado su prestigio.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comienza a hacer algo de fresco fuera. Ya hemos terminado de cenar y pasamos al interior a tomar una última copa. Nos sentamos con Lorenzo a una mesa. Es algo tarde ya y los satisfechos comensales han ido abandonando el local lo cual permite a Lorenzo tomarse un pequeño descanso. Su conversación amena y cariñosa nos penetra profundamente.

 

Mañana regresamos a Tenerife y hemos de descansar para salir temprano hacia la villa. Nos despedimos de Lorenzo con la pena de la partida, pero con el seguro convencimiento de volver pronto. Todo en el “Abisinia” así lo obliga.

 

De su variado menú destacamos lo siguiente:

 

Entremeses:  Almogrote;  Queso blanco;  Queso manchego;  Pan con tomate y jamón;  Pan al ajillo;  Champiñones al ajillo;   Champiñones empanados...

Sopas:   Potaje de berros;  Sopa de pescado

Del Mar:   Pulpo a la gallega;  Atún en mojo;  Filete de atún a la plancha;   Calamares a la romana o en salsa;   Chocos asados;   Chopitos;   Gambas al ajillo;   Langostinos;   Cabrillas;     Parrillada de pescado...

Carnes:   Solomillo con champiñones;  Solomillo al Roquefort;  Solomillo Abisinia;  Solomillo de cerdo; Papas rellenas (por encargo);   Carne en salsa;   Conejo en salmorejo..

Pastas:   Spaghettis a la Bolognesa;   Paella (por encargo)

Postres:   Leche asada casera;  tartas caseras, helados... 

 

Excelente vinoteca con caldos de diferentes D.O. del país, vinos, blancos, tintos y rosados, del año, crianzas y reservas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Textos: Alfonso Peyrac

Reportaje Gráfico: Manolo Mateos