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Un gran avance aeronáutico de la NASA posibilita que los viajes de supersónicos de pasajeros sean una realidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

         Aeronaves de apoyo a la misión de la NASA F/A-18 se utilizaron para crear estampidos sónicos de baja intensidad

         durante un proyecto de vuelo del Centro de Investigación de la agencia en Edwards, California. 

         Crédito de la imagen: NASA / Jim Ross

 

 

Según un comunicado de la NASA, de fecha 17 de junio, el regreso de los viajes supersónicos de pasajeros puede estar más cerca de la realidad gracias a los esfuerzos encaminados para definir un nuevo estándar para el control de los estampidos sónicos de baja altitud.

 

Varios investigadores aeronáuticos dependientes  de la NASA presentarán su trabajo esta semana en Atlanta durante las sesiones de “Aviación de 2014” evento que con carácter  anual celebra el Instituto Americano de Aeronáutica y Astronáutica.

Los investigadores compartirán con la comunidad internacional de la aviación los progresos que están alcanzando en la superación de algunos de los mayores obstáculos a los viajes supersónicos de pasajeros. La investigación genera datos cruciales para el desarrollo de un estándar de “bajo-boom” para la industria de la aviación civil.

 

La NASA trabaja en estrecha colaboración con la Administración Federal de Aviación y la comunidad aeroespacial internacional, incluida la Organización de Aviación Civil Internacional, para recopilar datos y desarrollar nuevos procedimientos y requisitos que pueden ayudar a una reconsideración de la actual prohibición de vuelo supersónico sobre tierra.

 

"La disminución de los estampidos sónicos - ondas de choque provocadas por un avión que vuela más rápido que la velocidad del sonido - es el obstáculo más importante para la reintroducción de vuelo supersónico comercial", dijo Peter Cohen, jefe del proyecto de alta velocidad en el Directorio de Misiones de Investigación Aeronáutica de la NASA en la sede de la agencia en Washington. "Otras barreras incluyen las emisiones de gran altitud, la eficiencia del combustible y el ruido que ha de soportar la vecindad cercana a los aeropuertos."

 

Los ingenieros de los centros de la NASA en California, Ohio y Virginia que realizan investigaciones de aviación están abordando los estampidos sónicos desde diversos de ángulos de estudio, incluyendo la manera de diseñar un avión de bajo-boom y controlar el impacto sónico. Igualmente han estudiado la forma de cuantificar el volumen y la molestia del boom mediante controles de escucha de sonidos en una cámara de pruebas de ruido especialmente diseñada al efecto.

 

Una campaña de investigación de vuelo recientemente realizada en el Centro de Investigación de Armstrong de la NASA en Edwards, California, dio la oportunidad de evaluar, entre los residentes de la zona, la respuesta del público a los estampidos sónicos en una experiencia real. Es preciso tener en cuenta que los investigadores de Armstrong cuentan con la ventaja de que a los pilotos se les permite volar a velocidades supersónicas, ya que la instalación está ubicada en la Base Aérea Edwards.

 

Según el ingeniero aeroespacial Larry Cliatt, la gente aquí está más familiarizada con los estampidos sónicos. "Con el tiempo, queremos extender esta experiencia a un nivel más amplio de personas que nunca han oído una explosión sónica" aseguró.

Un trabajo similar se lleva a cabo en el Centro de Investigación Langley de la NASA en Hampton, Virginia, donde los voluntarios de la comunidad, expuestos a estampidos sónicos, de acuerdo con la forma disruptiva, determinaron que nivel máximo de sonido es aceptable

 

"Cada uno de ellos escucharon a un total de 140 sonidos, y en base a su promedio de respuesta, podemos empezar a calcular las reacciones del público en general", explicó el ingeniero de acústica de Langley,  Alexandra Loubeau.

 

También se llevó a cabo un estudio en Langley comparando los resultados mediante las herramientas que se utilizan para predecir el ruido producido por estampido sónico a nivel del suelo. "Debido a la interacción con el ambiente, es importante ser lo más coherente posible en la implementación y el uso de estas herramientas. Las comparaciones realizadas hasta ahora han demostrado un buen acuerdo, pero hay algunas inconsistencias que deben ser estudiadas", dijo Loubeau.

 

Otros estudios se centran en la predicción de la explosión sónica y en enfoques de diseño para reducirla. Participantes procedentes de Japón, Estados Unidos y Francia asistieron a la primera convención de Sonic Taller Predicción Boom, donde se evalúan configuraciones simples - cuerpos cilíndricos con y sin alas - y complejos diseños de aviones completos.

 

"Estamos trabajando para comprender el estado general en cuanto a  la predicción de los estampidos sónicos desde un punto de vista de los aviones", dijo Mike Park, un ingeniero de mecánica de fluidos en Langley. "Hemos encontrado configuraciones simples con las que  podemos analizar y predecir los estampidos sónicos de forma muy adecuada. Para configuraciones complejas aún queda mucho trabajo por realizar."

 

Los túneles de viento son otra de las herramientas que se utiliza para ayudar a predecir qué diseños de aviones podrían tener mayor aceptación. Las pruebas más recientes se llevaron a cabo en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffett Field, California, y Glenn Research Center en Cleveland. Similares a los diseños del pasado, los diseños actuales de las aeronaves que se están probando se caracterizan por una nariz en forma de aguja, un fuselaje elegante y un ala delta o alas alto barridas.

 

Tanto la NASA, como los ingenieros de la industria aeronáutica consideran que la investigación supersónica ha progresado hasta el punto en que el diseño de un jet supersónico de bajo-boom está a nuestro alcance.

 

 

Diario de Canarias

Fuente; NASA

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